viernes, 9 de abril de 2010

Carlo Emilio Gadda

(Milán, 1893 - Roma, 1973) Narrador italiano cuya obra despliega su extraordinaria capacidad de observación del pequeño submundo ciudadano poblado de ladrones, supervivientes o prostitutas, que retrató con una insólita violencia verbal pero con una afectividad desgarrada y doliente.

Estudió ingeniería en su ciudad natal y poco después, tras haber ejercido esa profesión durante un cierto tiempo, decidió dedicarse exclusivamente a la literatura. Su formación técnico-científica, su experiencia como combatiente y como prisionero durante la Primera Guerra Mundial y su profundo estudio de las filosofías de Spinoza, Leibniz o Kant resultaron fundamentales para la definición de un estilo narrativo dirigido a describir y analizar la realidad de una manera rigurosamente fiel.

Sus primeros libros, La madonna dei filosofi (1931) e Il castello di Udine (1934), donde revive su experiencia en la guerra, lo confirmaron como uno de los autores más singulares del grupo que animaba la revista florentina Solaria, pero fue en L´Adalgisa, disegni milanesi (1944), minuciosa descripción de la sociedad milanesa no exenta de un humor corrosivo, donde confirmó su inimitable manierismo expresivo.

Ese sarcasmo, que a veces adopta tonos grotescos, tuvo continuidad en Novelle del ducato in fiamme (1953), libro en el que retrata los últimos y patéticos años del fascismo. Después de Giornale di guerra e di prigionia (1955), escrito en su mayor parte durante su experiencia bélica, publicó la que está considerada su obra más importante, El zafarrancho aquel de via Merulana (1957).

Utilizando una estructura aparentemente de novela policíaca, con su particular forma de observar la realidad, que tiende a detenerse en los detalles más característicos y la absurdidad de las cosas, supo radiografiar perfectamente a una burguesía cargada de vicios con una ironía no exenta de moralidad. Al igual que en otras obras, el perfecto uso de distintos dialectos, de una lengua muy literaria, de neologismos, de extranjerismos o de eruditos arcaísmos, le permitió caracterizar con precisión la psicología de los personajes y sus ambientes.

Un año más tarde apareció I viaggi, la morte (1958), una colección de ensayos, anotaciones autobiográficas y distinto material crítico en la que queda definida su peculiar concepción de la poesía moderna, sustancialmente irracional e intuitiva, pero donde también afloran la mayoría de los temas que siempre le interesaron, así como su constante sentimiento de angustia, de soledad y de desaprobación social.

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